Cooler UAI conversó con Humberto Mansilla y su entrenador, Mario Saldías, quienes repasaron el camino de los clasificados chilenos a Tokio por el lanzamiento de martillo.
Por Javier Tobar
La última vez que un lanzador de martillo representó a Chile en una cita olímpica fue en Ámsterdam 1928, cuando Ricardo Bayer logró meterse en la final de esta disciplina. Casi un siglo después, no es uno, sino dos los atletas que llevarán la bandera chilena al foso del Estadio Olímpico de Tokio.
Gabriel Kehr y Humberto Mansilla son unos de los últimos atletas clasificados al evento de los cinco anillos por el Team Chile. Ambos lanzadores de martillo, oriundos de Temuco, tienen 24 años y son mejores amigos.

El profesor de educación física y entrenador de ambos atletas desde hace 10 años, Mario Saldías, dijo que, desde su primera experiencia dentro de la jaula “ambos mostraron talento desde el principio y tenían una gran capacidad física”.
Humberto Mansilla, o “Beto”, como le dicen sus cercanos, recordó cómo inicio su camino en el atletismo: “Llegué en julio del 2011 a mi primer entrenamiento. Dos meses después, competí en mi primer nacional y gané. Ahí me di cuenta que podía llegar lejos”, declaró.
CLASIFICACIÓN Y RÉCORDS
El primero de ambos en ganarse los pasajes a Tokio 2020 fue Gabriel Kehr, quien el pasado 29 de abril registró una marca de 77,54 metros, con la cual batió un nuevo récord nacional -que había roto ya unos días antes- y superó la mínima de clasificación (77, 50 mts.) por 4 centímetros.
Casi un mes después, el 20 de mayo precisamente, Mansilla también se metió en el avión a Japón. Logró un lanzamiento de 77,70 mts, y, además, recuperó el récord nacional de la prueba que marcó el 2018 (76,86 mts.) y que Kehr le quitó con anterioridad este año.

«Uno de sus plus es competir entre los dos»
Mario Saldías, entrenador
AMISTAD MÁS ALLÁ DEL FOSO
Mansilla también se refirió a su relación con Kehr y aseguró que se conocen desde el colegio, antes de aventurarse en el atletismo.

“Gabriel es mi mejor amigo”
Humberto Mancilla
RUMBO A TOKIO
Saldías y su pupilo, Mansilla, tienen altas expectativas para lo que será su primera participación en los Juegos Olímpicos. “Nuestra proyección para Tokio es que no es imposible pasar a la final. Buscaremos un lugar lo más arriba posible, ojalá una medalla”, afirmó el entrenador.
Por su parte, Mansilla coincide y quiere “sí o sí llegar a una final y luchar por algo más importante, a lo que podríamos llamar una medalla”. Aun así, asegura que “a veces las palabras rebotan y te juzgan por lo que dijiste, por eso trato de llevarlo con mucha calma” concluyó el martillero.